18 cumpleaños

Una vez más era Sábado, las 12 de la noche y tras llevar 5 minutos sentada, el viento gritó mi nombre con la voz de Mariya. Apunté la dirección y el nombre a quien iba dirigido el último pedido de la semana. Volví a colocarme el casco, me subí en la moto y aceleré.
Mi curioso destino fue un hotel de tres estrellas, el Hotel Lion, casualmente en el Boulevard Maria luisa.
Sin más demora entré en el edificio y la característica melodía de ascensor acompaño mi subida a la 4º planta mientras observaba el pedido, al parecer, todos los extranjeros pedíamos siempre el mismo pastel.
Una vez mas acerté en mi predicción; una joven de mirada extenuada y desordenada cabellera azafrán, me recibió con una tímida ,sonrisa infantil mientras buscaba el dinero en su monedero , a juego con un camisón a rayas , adornado en su centro con una peculiar niña paseando a un cachorro.
Tras hacer tintinear las insuficientes monedas en su mano, frunció el ceño y los labios mientras negaba brusca y torpemente, haciendo volar esa maraña pelirroja. Con un aspaviento me indicó que entrara, acompañando sus gestos con un ademan de sonrisa, a modo de disculpa. Mientras buscaba su bolso entre la madeja de ropa que descansaba sobre un diván color melocotón, observe la pequeña estancia otoñal . A juzgar por unas velas sobre una mesa de café, un licor turquesa, probablemente Blue Tropic, galletas saladas, así como otros dulces, iba a celebrar de forma espontanea, un amargo y solitario 18 cumpleaños. 



 PD: Risa amarga de congoja que se ahoga entre sus penas, sollozante y anhelante de un delirio sin conceder, es castigo de un pecador, al ser martir sin martirio a las prejuiciosas miradas de almas impuras..se desvanece la esperanza, solo un latido descompasado acompañando mi inutilidad...

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